Una vez más Europa, expresó sus diferencias con la política impuesta a las relaciones
internacionales por el gobierno de George W. Bush.
La última dura crítica provino del canciller de Francia, Hubert Vedrine al referirse a la posición
de la Casa Blanca en el conflicto de Medio Oriente.
"Estamos amenazados por un nuevo simplismo que reduce todo a la guerra contra el terrorismo y no podemos
aceptar eso", dijo el ministro.
BBC Mundo habló sobre estas diferencias con Fred Halliday, especialista en relaciones internacionales
de la London School of Economics.
- ¿Las declaraciones del canciller francés pueden interpretarse como un "cisma" entre Europa y EE.UU. por el Medio Oriente?
El canciller francés calificó de "simplismo" la política de EE.UU.
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"Hay diferencias, no sólo a partir de las declaraciones del presidente Bush en
su discurso anual al Congreso.
Estas diferencias son de largo plazo con respecto al problema palestino, sobre todo y también con respecto
al Golfo Pérsico (Irán e Irak) y podrían tener repercusiones en la cooperación estretégica, así como en la OTAN y la unidad
política de esta alianza".
- De todos modos, cuando uno ve el apoyo que dio el premier británico Tony Blair al presidente Bush,
tiende a dudar sobre un criterio único en Europa.
"Es cierto, hay 17 miembros europeos en la OTAN y no todos son de la misma opinión. Pero si hablamos
específicamente de la cuestión palestina, los británicos y los franceses coinciden en que no es correcto aislar o eliminar
políticamente a Yasser Arafat.
Tampoco creen correcto que Bush en su mensaje al Congreso no haya hablado de los derechos palestinos
y sí defienda los derechos de Israel.
Además los europeos tienen mucho miedo de que EE.UU. intente atacar Irak o Irán (o los dos) sin la
cooperación europea. Hay una gran diferencia entre ellos y Washington sobre estos países".
- Francia está apoyando una iniciativa europea para que Israel reconozca la necesidad de un estado
y elecciones palestinas. ¿Hasta dónde las prédicas europeas pueden incidir en Washington?
"No creo que ni los estadounidenses ni los israelíes estén dispuestos a escuchar lo que dicen los europeos.
Por su parte los países europeos no tienen el peso económico, diplomático y militar como para empujar a EE.UU. o Israel a
un compromiso frente a Palestina.
"No puedo excluir que vamos a ver ataques unilaterlaes de EE.UU."
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En este sentido son una oposición muy débil, pero al menos tratan de hacer algo
de manera independiente y subrayan que sin una solución política entre israelíes y palestinos, no vamos a ver paz en el Medio
Oriente.
También tratan de advertir que las repercusiones de la crisis palestina para toda la política en Arabia
Saudita, Irán, Irak, el mundo islámico en general, son muy graves, algo que el presidente Bush no entiende.
- ¿Hasta dónde Gran Bretaña en este aparente "cisma" se inclina más hacia el lado de Washington?
"Los británicos piensan que deben continuar dialogando con Washington. Pero al mismo tiempo están preocupados
por la política de EE.UU. frente a Irán e Irak y también frente a la situación palestina y por el mensaje de Bush al Congreso
estableciendo una relación muy estrecha entre el terrorismo y el problema de las armas nucleares y químicas.
No hay que olvidar que él dijo 'ustedes están con nosotros o contra nosotros', pero no habló antes
con Europa sobre su estrategia.
Entonces, está diciendo ustedes tienen que venir con nostros en nuestra guerra, pero nosotros vamos
a cambiar los objetivos y las estrategias sin consultar con ustedes. Esto es algo que provoca mucha inquietud no sólo en París
y Berlín, sino también en Londres.
- A propósito de ese discurso de Bush, ¿hasta dónde EE.UU. llevará a la práctica lo que muchos interpretaron
como amenazas del presidente?
"No podemos decir ahora qué hará EE.UU. en los próximos seis meses o el año que viene. Pero más que
de la realidad en Medio Oriente, el Golfo o Corea, dependerá más de un conflicto burocrático y político entre los diferentes
grupos de la administración republicana.
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Vamos a ver más presión de EE.UU. en América Latina, en especial en Colombia y Venezuela
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Prof. Fred Halliday |
Pero no puedo excluir la posibilidad de que veamos ataques estadounidenses unilaterales
contra algunos países como Irak, Irán o Corea del Norte.
Por otra parte hay que considerar que Bush tiene otro problema. A cinco meses de los atentados del
11 de setiembre, la opinión pública de su país piensa que la guerra está terminada y los estadounidenses están un poco aburridos
de estas noticias.
Entonces, si quiere seguir la movilización financiera-militar en la guerra contra el terrorismo, tiene
que producir más crisis, más choques".
- ¿Coincide con el canciller francés en calificar la política de Bush como un "nuevo simplismo"
o reduccionismo en el sentido de que todo tiene que encajar en su "guerra contra el terrorismo"?
"Creo que Vedrin tiene absoluta razón. Hay dos puntos específicos. El primero es que la política que
preocupa a todos contra la prolificación de armas nucleares y biológicas no está vinculada estrechamente con el terrorismo;
son asuntos diferentes.
En segundo lugar, la defensa de los derechos humanos -que es un compromiso internacional sobre todo
por parte de la Unión Europea- es algo que no se puede olvidar, matarlo de un día para el otro en el contexto de una guerra
contra el terrorismo.
Hay problemas de derechos humanos, pero el silencio de Bush ante compromisos internacionales, su política
negativa frente a la ley internacional (por ejemplo los convenios de Ginebra sobre prisioneros de guerra), todo eso significa
un reduccionismo y una simplificación muy peligrosa y mal educada también".
-¿En esta política reduccionista también cabe la relación de EE.UU. con América Latina?
Europa aspira a que Israel reconozca la necesidad de un estado palestino.
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"Hemos visto en la administración Bush antes y después del 11 de setiembre una
política más unilateralista, más militar frente a todo el mundo, incluida América Latina.
Entonces vamos a ver más presión militar en Colombia y creo que la relación con Venezuela será bastante
peligrosa. No me sorprendería oir que EE.UU. intente cambiar la situación política en Venezuela; no sería la primera vez ni
la última. Algunas declaraciones del presidente Chávez y algunas de sus políticas, no gustan a EE.UU.
Si pensamos que los estadounidenses tratan de ubicar en el mundo países que producen petróleo fuera
del Golfo Pérsico, y vemos cómo se interesan más en Rusia o en Nigeria, naturalmente el interés antiárabe o antimedioriente
que tienen en el petróleo de Venezuela no significa que busquen mejores relaciones con el presidente Chávez.