Los negociadores de la Unión Europea (UE) ofrecieron al MERCOSUR un plan para el levantamiento
de aranceles en un plazo de 10 años.
Sin embargo, la UE excluye los "productos sensibles", como los agrícolas. El asunto más complejo debido
al rechazo del bloque sudamericano a los subsidios europeos a la producción agropecuaria.
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Para el MERCOSUR los subsidios deben ser un punto 'esencial' de la discusión
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La
propuesta fue recibida como "una buena intención" por parte de los miembros del MERCOSUR -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay
más Chile y Bolivia como asociados- pero el bloque sudamericano no tendrá una respuesta inmediata.
Negociadores del MERCOSUR explicaron que el bloque no ha formulado su propia oferta por lo que no habrá
una respuesta antes de un mes.
Las negociaciones se desarrollan desde el miércoles en la capital de Uruguay, Montevideo, y finalizarán
el viernes.
La UE ofreció un plan de liberalización arancelaria progresiva en cuatro fases, inmediata, a 4 años,
a 7 años y a 10 años.
Pero la liberalización, que apunta a un 100% de los productos industriales, no incluye los siguientes
productos agrícolas: cereales, arroz, productos lácteos, tabaco, azúcar, aceite de oliva, carne, aves de corral, ciertas frutas
y hortalizas procesadas.
El problema de siempre
La UE quiere un acuerdo rápido con el MERCOSUR.
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Desde que comenzaron los contactos UE-MERCOSUR en 1999 nunca hubo mayores avances
en el tema subsidios agrícolas europeos.
Calculados en US$ 40.000 millones anuales, los subsidios deben ser un punto "esencial" de la discusión
en opinión del negociador uruguayo Elbio Roselli.
Sin embargo, Europa no lo ve de la misma manera y entiende que el asunto de los subsidios debe ser
tratado en la Organización Mundial de Comercio ya que es un asunto multilateral, que también incluye a Estados Unidos.
Pese a todo, sí existen intereses comunes. Analistas estiman que a Europa le conviene lograr un acuerdo
de libre comercio con el MERCOSUR antes de la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que tendrá el predominio
estadounidense.
Por su parte, el bloque sudamericano puede utilizar un acuerdo con la UE para presionar a EE.UU. con
el fin de obtener más concesiones en la negociación del ALCA.
El comercio entre Europa y el MERCOSUR llegó a US$49.000 millones en 1998, lo que convirtió al viejo
continente en el principal socio del MERCOSUR, por delante de EE.UU. y Japón.