El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, tuvo un frío recibimiento en Alemania y Francia, a donde viajó en una gira en busca de apoyo.
En Berlín, la primera escala del viaje, el canciller alemán Gerhard Schroeder urgió al líder israelí a mostrar "más flexibilidad" sobre los asentamientos judíos construidos en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Y en París, el presidente de Francia Jacques Chirac le dijo que su estrategia de debilitar la imagen del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, podría ser "contraproducente".
Sharon reclamó a los europeos una política "más equilibrada" en el Medio Oriente y afirmó que pueden ayudar "sobre todo ejerciendo presión" sobre Arafat, "hasta aislarlo, porque es la única forma de llevarle a luchar contra el terrorismo".
Chirac adviertió que la estrategia de Israel es "contraproducente".
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Mientras tanto, alrededor de mil personas marcharon por las calles de París pidiendo que juzguen a Sharon por "crímenes de guerra".
Según la corresponsal de la BBC en Jerusalén, Bárbara Plett, Europa es el mayor donante de los palestinos y ha sido mucho más duro que Estados Unidos al criticar las políticas israelíes.
Blancos militantes
Sharon no hizo comentarios sobre el tema de los asentamientos, pero dijo que "el derecho a la defensa propia de Israel es un gran derecho y un gran deber".
El miércoles, Israel afirmó que atacará específicamente a los militantes palestinos.
El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijo que "seguimos manifestando nuestra preocupación y oposición a estos asesinatos deliberados y continuaremos haciéndolo".
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, también instó a Israel a cesar la práctica de inmediato.
Pero el ministro de Defensa de Israel, Benjamín Ben-Eliezer, defendió la política diciendo que "nadie puede impedirlo... cada minuto hay una unidad [palestina] que va a ejecutar una operación asesina".
Cese al fuego en peligro
Alemania le pide "flexibilidad".
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Mientras tanto, en el sur de la Franja de Gaza se desató un enfrentamiento de seis horas que algunos comparan con el inicio del levantamiento palestino en septiembre pasado.
En Rafah, los palestinos acusan a Israel de haber destruido 20 casas con sus tanques.
Los israelíes, por su parte, niegan haber disparado y acusan a los palestinos de lanzar 50 granadas artesanales hacia un puesto del ejército.
En un incidente separado, en Ramalá murió un palestino; según los palestinos, el ejército israelí le disparó mientras jugaba fútbol, pero un portavoz de los asentamientos judíos dijo que los soldados actuaron en defensa propia.