Javier Solana |
|
'Mister PESC' |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Este hombre de paz de 59 años
ha tenido una vida llena de contradicciones. En su juventud participó en actos de rechazo a la OTAN pero
en 1995 fue nombrado secretario general de esta organización. Sus primeros pasos en el mundo de la política se desarrollaron
bajo la bandera del pacifismo aunque hace tres años dio la orden de inicio de los bombardeos
contra intereses militares en la antigua Yugoslavia. |
|
|
|
|
|
|
| |
Javier Solana nació en Madrid en
el año 1942 en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió cursar sin problemas estudios de física
en España y ampliarlos en varias universidades europeas.
En 1964 decidió afiliarse al entonces clandestino Partido Socialista Obrero Español, tras participar en diversos movimientos de lucha estudiantil en los últimos coletazos del franquismo.
Si en esta época defendía el antimilitarismo, tuvo que cambiar su discurso cuando el PSOE ganó las elecciones
generales de 1982. Entonces defendió las ventajas que supondría para España la entrada en la OTAN.
A partir de este año ocupó varios altos cargos en la Administración pública española. Fue titular de las carteras de Cultura, Ciencia y Tecnología y Asuntos Exteriores. Este último ministerio
le sirvió de trampolín para el cargo que más le ha dado a conocer en todo el mundo: Secretario General de
la OTAN.
Bajo su mandato, se desencadenó la primera guerra en la que participó la Alianza Atlántica desde su creación
en 1949: Yugoslavia. Hay que decir que esta decisión fue la más difícil en la vida de Solana. La meditó profundamente,
la consultó con todos los líderes europeos y tras varias noches sin dormir dio la orden. Las contradicciones
internas que vivió en estos momentos motivadas por su filosofía pacifista y la necesidad imperiosa de poner fin a la limpieza
étnica que Slobodan Milosevic estaba llevando a cabo en los Balcanes llegó incluso a afectar su salud. El apoyo
de su hija Vega, que por entonces trabajaba en Bruselas, fue indispensable para que Solana no se hundiera. Sus deseos
de superar definitivamente la guerra fría desde la Secretaría General de la OTAN y el acuerdo de colaboración firmado con
la Federación Rusa estaban en peligro. Mientras duraron los bombardeos, Solana dormía poco más de cuatro horas
y mantenía comunicación continua con el general Clark, jefe supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa.
Por todos
estos hechos, Javier Solana no debe recordar con mucho entusiasmo su paso al frente de la organización
militar. Es comprensible pues que aceptara de buen grato la idea de ocupar, en junio de 1999, un cargo de nueva creación:
representante de la Unión Europea en materia de política exterior y de defensa, más conocido como "Mister PESC". Solana tenía el respaldo de los Gobiernos de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Bélgica
y Dinamarca y cumplía los requisitos: pertenecía a un país mediano-grande y era socialista
(13 de los 15 estados de la Unión en esta época compartían esta ideología).
Desde entonces Javier Solana
ha dirigido la política exterior europea no sin recibir algunas críticas: determinados círculos políticos le acusan de
hacer cierto seguidísimo de las doctrinas de Estados Unidos. Lo que está claro es que Solana estará mucho
más a gusto al frente de la diplomacia europea que al mando del aparato militar de Occidente | |
|