Chirac busca impulso para economía mundial en cumbre del G8

Por Brian Love

PARIS (Reuters) - El presidente francés, Jacques Chirac, pedirá a los líderes mundiales que transmitan un mensaje para levantar la moral de la economía mundial en la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) que se desarrollará próximamente en Evian, Francia.

El pedido representa todo un desafío en momentos en que muchos de los líderes mundiales están en alerta por la posibilidad de que ocurra una recesión, y el dólar cae en los mercados cambiarios.

La iniciativa del mandatario francés tiene sentido, pero igualmente no se prevé que surja ninguna medida impactante cuando se reúnan los ocho hombres cuyos países generan la mitad de la producción económica del planeta, según fuentes que tienen conocimiento interno de ese tipo de encuentros.

En la cumbre que se realizará del 1 al 3 de junio en el pueblo alpino de Evian participarán los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia.

Incluso alcanzaría con que Chirac y el presidente estadounidense George W. Bush se estrechen la mano en público, en un gesto de reconciliación, para mejorar la confianza de las empresas, los consumidores y los inversores, tras las discusiones por la guerra contra Irak, a la que Francia se opuso.

En cambio, si no se dan la mano, la falta de este gesto podría generar susto e incertidumbre.

"Este es su primer encuentro desde la guerra en Irak. Evian es un momento crítico para restaurar el proceso multilateral", dijo a Reuters Fred Bergsten, quien se desempeñó como subsecretario del Tesoro de Estados Unidos durante el gobierno del ex presidente Jimmy Carter, a fines de los años '70.

"Si ellos van a Evian, pero no pueden mostrar su capacidad para cooperar, será muy dañino políticamente y económicamente, y habría un daño grave en los mercados financieros. También es una cuestión de confianza", dijo Bergsten, director del Instituto de Economía Internacional, un grupo de análisis de Washington.

Lael Brainard, quien trabajó como embajador en el G8 para el ex presidente Bill Clinton, dijo que los grandes planes de acciones colectivas en materia de política económica ahora pasaron de moda.

Pero agregó que los líderes tienen que mantener una mentalidad positiva y respaldar el crecimiento económico de largo plazo, la estabilidad, y la mejora de los países en vías de desarrollo.

"Ha sido un mal año para la mayoría de ellos (los líderes mundiales). Pero el G8 tiene que hacer algo al respecto, y debe ser visto en esa actitud", dijo Brainard, quien ahora trabaja en cuestiones de política exterior y económica en el grupo de estudios Brookings Institution, en Washington.

Todo esto está muy lejos de los famosos acuerdos que sellaron las principales economías del mundo en el hotel Plaza, en Nueva York, en 1985, para hacer bajar el dólar, y del acuerdo Louvre que se alcanzó dos años después en París, para volver a impulsar la moneda norteamericana.

La situación actual también dista de la intervención colectiva en el mercado cambiario que tuvo lugar para fortalecer al euro antes de un encuentro que se desarrolló en Praga en el 2000.

Tanto Bergsten como Brainard dijeron que de Evian saldría una ratificación del compromiso para continuar las reformas económicas, como los cambios de los sistemas de pensiones de Francia y Alemania, y la reducción de la excesiva exposición crediticia de las bancos de Japón.

Lo mismo dijo la portavoz de Chirac, Catherine Colonna, el miércoles en una reunión informativa con periodistas, donde agregó que en las capitales del G8 se cree que la recuperación está a la vuelta de la esquina, ahora que los precios del petróleo están en niveles más razonables, y las tasas de interés son bajas.

Francia se mantuvo a flote con un crecimiento económico marginal en los primeros meses del año, pero otras economías del G8, como Alemania e Italia, se contrajeron y quedaron al borde de la recesión. Japón, que ha entrado y salido de la recesión en la última década, tuvo un crecimiento plano en el primer trimestre.

Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos tuvieron una evolución económica un poco mejor, pero están afectados por el debilitamiento económico mundial que empezó a fines del 2000, y supuestamente debería haber terminado hace tiempo.

Rusia, que se sumó recientemente al club de los siete países más desarrollados, ha tenido tasas de crecimiento más altas, pero su recuperación es considerada como menos sólida.

PREOCUPACION POR CAIDA DEL DOLAR

La caída del dólar frente al euro, de alrededor del 15 por ciento en lo que va del año, ha aumentado los problemas de los principales ministros de Economía y banqueros centrales del mundo.

Todo el mundo trata de determinar en qué medida está satisfecho el gobierno estadounidense con la baja del dólar, que ayuda a las exportaciones de Estados Unidos.

Alemania, donde cada vez es mayor el temor a una deflación, es uno de los países europeos que más se vieron afectados por la caída del dólar, y por el aumento relativo que desató en el costo de las exportaciones de la zona euro a los países cuya economía está más vinculada al dólar.

Algunos, como el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, ya han advertido que si sigue la baja del dólar, el tema deberá ser abordado por los bancos centrales y los ministerios de Economía