China se está preparando para un potencial conflicto con Taiwán, de acuerdo a un informe del Pentágono divulgado este viernes.
El informe detalla que China ha adquirido submarinos de fabricación rusa y agrega cada año unos 50 misiles balísticos de corto alcance en una amenaza creciente sobre Taiwán.
El Departamento de Defensa indicó que los misiles chinos podrían alcanzar las defensas antiaéreas, los aeropuertos, las bases navales y los centros de comunicaciones de Taiwán.
A su vez, la flota de submarinos podría cortar las vías de comunicación naval de Taiwán, impidiendo el arribo de las fuerzas estadounidenses que se envíen en ayuda del aliado de Washington en un conflicto armado con China.
Los submarinos rusos, de la clase Sovremenny, estarían equipados con misiles Moskit, también de fabricación rusa.
Punto de discordia
Desde el triunfo de la revolución comunista en China, en 1949, la isla de Taiwán ha sido reconocida como sede del gobierno nacionalista por numerosos estados en todo el mundo. Pekín sostiene que se trata de una provincia insubordinada.
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Los misiles chinos podrían alcanzar las defensas antiaéreas, las bases navales y los centros de comunicaciones de Taiwán.
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Departamento de Defensa |
El portavoz del Pentágono, el teniente comandante Jeff Davis, calificó el informe como "ceñido a los hechos y serio".
Según el Pentágono, los militares chinos tienen planes para el emplazamiento de hasta 600 misiles balísticos de corto alcance hacia 2005, en la región de su territorio que permitiría a éstos alcanzar a Taiwán.
Ejército subestimado
Durante el Gobierno del presidente Bill Clinton, el Pentágono calculó que China no tenía la capacidad militar que le permitiera invadir Taiwán con una fuerza anfibia, ni tampoco lograr la ocupación y control de la isla.
En 1996, después que China disparó misiles que cayeron en el mar frente a los dos puertos principales de Taiwán, el Gobierno Clinton envió dos grupos de batalla de portaaviones estadounidenses a la región, en una clara muestra del apoyo de Washington al régimen de Taipei.
El informe enviado por el Pentágono al Congreso es la primera evaluación realizada durante el Gobierno de George W. Bush y pone en duda el compromiso oficial de China con una solución pacífica de la situación taiwanesa.