El vicepresidente chino Hu Jintao fue nombrado como sucesor de Jiang Zemin al frente
del Partido Comunista de China.
Se cree que Jiang mantendrá una importante influencia en el poder, al ser nombrado jefe de la Comisión
Militar Central, siguiendo los pasos de Deng Xiao-Ping.
Poco se conoce acerca de Hu Jintao, aunque se sabe que no diverge con las reformas y aperturas económicas
desarrolladas por China en los últimos años.
Hu Jintao, el nuevo hombre fuerte.
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Tal es así, que su primer discurso en el Congreso del partido estuvo dedicado a
subrayar su compromiso con las actuales políticas.
Sin embargo, los analistas piensan que se trata del cambio más representativo en más de una década.
Al mismo tiempo se considera que ha sido la transición más pacífica y concertada del último medio siglo.
Hu Jintao, de 59 años, representa una nueva generación, si se compara con todos sus ex compañeros que
en su mayoría superaban los setenta.
Más de la mitad del comité del partido ha sido reemplazado.
El recinto donde se realiza el congreso del Partido Comunista -el Gran Palacio del Pueblo-, rodeado
por un estricto dispositivo de seguridad, está emplazado en el lado oeste de la Plaza de Tiananmen, testigo de la matanza
de estudiantes en 1989.
¿Cambios?
Los analistas opinan que en el futuro inmediato no se producirán mayores modificaciones en la política
china, ya que el nuevo liderazgo se esforzará en mostrar que la estabilidad se mantiene en el país.
Se cree que Jiang Zemin mantendrá una considerable influencia.
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A mediano plazo, la posibilidad de una mayor apertura política y las relaciones con Taiwán son dos
de los asuntos que más interesan a los observadores.
La reforma política ha sido un tema tabú desde los sucesos de Tiananmen. Sin embargo, la llegada al
poder de una nueva generación de líderes, que han estado más expuestos a las corrientes de opinión internacional hace presumir
que podrían tener una actitud más abierta.
Aunque no se espera que se introduzcan cambios radicales en los procesos electorales internos, los
observadores ven la posibilidad de que el liderazgo sea más tolerante a las críticas y a una prensa más libre.
En cuanto a Taiwán, que China sigue considerando como parte de su territorio, los analistas creen que
el nuevo liderazgo seguirá viendo con recelo al presidente taiwanés Chen Shui-bian y que no tomarán riesgos que podrían hacerles
perder la iniciativa diplomática.
Por último, dada la relativa inexperiencia de Hu Jintao en las negociaciones de más alto nivel se cree
que Jiang y otros veteranos líderes del partido seguirán ejerciendo una gran influencia en las relaciones con la Unión Europea
y Estados Unidos.
